¿Quién dijo que el juego era cosa de niños?


Está muy extendida la creencia de que los juegos son cosas de niños, algo que entretiene a los chavales. Pues bien, al igual que determinados juegos ayudan o contribuyen al desarrollo físico, cognitivo y personal del niño ¿por qué no iba a ser igualmente útil para los mayores? En este artículo, pretendo romper con el mito de que los juegos son cosa de niños, mostrando una serie de evidencias que hacen hincapié en los numerosos beneficios para los adultos y los mayores.

Los resultados obtenidos en un estudio elaborado por un grupo de expertos concluyeron que la práctica de actividades recreativas:
  • ·         Optimiza los niveles de bienestar subjetivo.
  • ·         Disminuye los sentimientos de soledad.
  • ·         Mejora el estado de ánimo y la motivación interna.
  • ·         Incrementa la capacidad de afrontamiento del estrés.
  • ·         Aumenta la autoeficacia percibida.
  • ·         Facilita la adaptación a la jubilación.
  • ·         Aumenta los niveles de satisfacción vital.
  • ·         Mejora las habilidades comunicativas.
  • ·         Potencia la percepción sensorial.
  • ·         Ejercita las habilidades cognitivas.
  • ·         Incrementa la autoestima.
  • ·         Mejora el mantenimiento de hábitos de vida saludables.
  • ·         Reduce significativamente los niveles de depresión.
  • ·         Facilita la adaptación al entorno.

Además de constituirse  como herramientas útiles para el aprendizaje y la adquisición de nuevos conocimientos, nos obligan a forzar la mente y activar ciertas habilidades cognitivas. Y, por si fuera poco, las actividades lúdicas también ayudan a favorecer y mejor aspectos tales como:
  • ·         La movilidad y la agilidad.
  • ·         La percepción sensorial.
  • ·         Las habilidades cognitivas como la atención, la concentración  y la memoria.
  • ·         El contacto social y la comunicación con otras personas.

La estimulación cognitiva, al igual que la actividad física y la alimentación sana, es un pilar fundamental en el envejecimiento activo. Al igual que las demás, la actividad mental ha de ser equilibrada, trabajando las distintas áreas que la forman (atención, memoria, percepción, lenguaje, cálculo). De este modo, estaríamos ejercitando muchos de los aspectos necesarios para mantener un adecuado funcionamiento de nuestras capacidades.

Y ahora, ¿sigues pensando que los juegos sólo son actividades recreativas para niños pequeños? 

Una recomendación: es importante conocer nuestros gustos para elegir juegos que realmente ayuden a potenciar nuestras capacidades cognitivas a la vez que sean entretenidos para nosotros, ya que un juego debe ser divertido, de lo contrario no sería un juego.

“No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas que se estudian, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje”

Aristóteles