Abuelos "canguro"


En muchas ocasiones los abuelos se hacen cargo del cuidado de los nietos, algo que desde hace algún tiempo se da con mayor frecuencia. Los motivos que conllevan esta situación pueden tener diferentes orígenes. Pueden ser por necesidad, como por ejemplo el laboral, y también por mero placer para que los padres “descansen del niño”.

Los abuelos pueden actuar como un referente positivo para el niño, transmitiéndole sus conocimientos y valores derivados de su experiencia. Además, es una buena ocasión para fomentar y estimular la relación abuelo-nieto y potenciar sus cualidades  y beneficios positivos, así como para inculcarles el respeto por las personas mayores. En muchas ocasiones, dado el tiempo que los niños pasan con los abuelos y las actividades que realizan juntos, los vínculos y la confianza que establecen con ellos son mayores que los que tienen con sus propios padres.

Los beneficios que aportan este tipo de relaciones quedan demostrados por muchos estudios científicos realizados al respecto, algunos de estos beneficios son los siguientes: incrementa la sensación de control, decisión y seguridad en el abuelo (autoeficacia), aumenta la autoestima del niño y reduce el estrés en el menor cuando los padres se encuentran en conflicto o en proceso de divorcio. Por todo ello, el abuelo se convierte en fuente de apoyo para la familia, en general, y para el menor en particular.

Pero no hay que olvidar que, en esta relación, el aprendizaje se produce entre ambos, es bidireccional, es decir, tanto aprende el niño del abuelo como el abuelo del niño.

Por otro lado, y a pesar de lo beneficioso que resulta que abuelo y nieto compartan su tiempo, el abuelo no puede ser un recurso para cuidar del niño siempre que los padres quieran. Éstos han de tener en cuenta que los abuelos tienen sus propias necesidades y planes que no tienen por qué dejar de lado. No se debe abusar de la confianza dada.

En definitiva, teniendo una relación equilibrada entre los padres, hijos y abuelos es como se puede sacar jugo y potenciar las cualidades positivas que de ellas pueden surgir.

El abuelo no solo da caprichos, sino que participa de forma indirecta en la educación de su nieto. Esto no quiere decir que pueda o deba contradecir la forma de educar que tienen los padres, sino que debe complementarla de algún modo.

Una recomendación es disfrutar de un tiempo de calidad con los nietos, de esta manera todos salen ganando.

 “Estoy convencido que uno de los tesoros que guardan los años es la dicha de ser abuelo”
Abel Pérez Rojas

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