La
jubilación es una etapa vital que implica un cambio drástico en nuestras vidas
y en cómo la organizamos. A partir de este momento, nosotros somos los
encargados de organizarla y de dotarla de nuevas ocupaciones y actividades. Cuando
nos jubilamos aún somos jóvenes, no debemos tomarnos la jubilación como el
comienzo de la vejez, sino como un cambio de etapa similar al matrimonio, a la
paternidad, etc. En esta entrada me gustaría centrarme en los aspectos positivos de la jubilación.
Es
el momento de hacer todo aquello que nos gusta, podemos pasar más tiempo con la
familia y los amigos, dedicarnos a nuestros hobbies
y aficiones. Para disfrutar plenamente de esta etapa, debemos organizar bien
nuestro tiempo para que haya cabida a distintas actividades y tareas. No todo
tiene que ser ocio, también podemos dedicar tiempo a ayudar a los demás
mediante voluntariado, participación en asociaciones vecinales o cualquier otro
tipo de agrupación social. También sería un buen momento para emprender proyectos como, ¿por qué no?, crear un blog sobre algo que nos apasione o de lo que sepamos y queramos trasladar a otras personas.
Sea
como fuere, siempre hay que dedicar algo de tiempo al ejercicio físico y a la
estimulación cognitiva para disfrutar de un envejecimiento, no solo activo, si no
también saludable. De esta manera, junto a una dieta sana y equilibrada, se
podrán prevenir posibles problemas de salud. Para el ejercicio físico podemos
realizar una gran variedad de actividades como caminar/pasear, hacer gimnasia.
Para la estimulación cognitiva, sería muy útil realizar crucigramas,
autodefinidos, sopas de letras, sudokus, así como cualquier otra actividad que
implique trabajar la atención y la memoria.
Una
recomendación sería empezar a
organizar la jubilación antes de que ésta llegue para evitar problemas de
desorientación y sentimiento de vacío debido al cese del trabajo.
“Cada edad nos da un papel diferente”
Napoleón Bonaparte
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