¿Qué
son los lapsus de memoria? Son olvidos o equivocaciones involuntarias al
intentar recordar algo. Por lo general, estos olvidos suelen ser momentáneos.
Hay
que dejar bien claro que no todos los lapsus de memoria son indicativos de
alguna patología mental. En la mayoría de las ocasiones, estos lapsus son
consecuencia del estrés, la falta de atención o de concentración, fatiga, etc.
Los lapsus de memoria pueden darse a cualquier edad, incluso en los más jóvenes.
A veces, el hecho de que tengamos algunos
olvidos puede preocuparnos y esa misma preocupación, a su vez, aumente el
número de olvidos. La observación y la atención, al igual que la concentración,
juegan un papel muy importante en lo que recordamos, sería muy difícil recordar
algo a lo que no le hemos prestado la suficiente atención. De ahí que cuando
estamos pensando en muchas cosas es más fácil que se nos olviden algunas.
Nuestro
cerebro está diseñado para olvidar, ¿te imaginas lo que supondría acordarnos de
todo lo que ha ocurrido a lo largo de todo el día? ¿O a lo largo de toda la
semana? Sería una locura. Solo recordamos aquello que nos es útil, que es
importante para nosotros o que nos haya marcado de alguna manera.
Sabemos
que lo mejor para optimizar la memoria es realizar actividades que mantengan
activa nuestra mente. No obstante, la memoria también puede mejorar con el
ejercicio físico. En un estudio realizado en adultos de entre 60 y 80 años se comprobó que el ejercicio físico aeróbco (caminar a paso ligero), al menos 30 minutos y tres veces por semana, aumentaba el volumen del hipocampo, lo cual se traducía en una mejora de la memoria.
Algunos trucos
mnemotécnicos que resultan muy útiles para ayudarnos a recordar son:
- Repetir en voz alta lo que queremos recordar (“estoy cerrando la puerta”, “estoy apagando el gas”).
- Asociar algo nuevo con otra cosa que ya conocemos (“se llama Pablo, como mi hijo”).
- Construir frases para dar coherencia y poder recordar varios conceptos. Por ejemplo, para recordar las palabras árbol, pájaro, niño; podemos construir una frase similar a ésta: “El niño observaba un pájaro que estaba posado en un árbol”.
- Volver sobre nuestros pasos (“¿A qué he venido yo aquí?”, “¿Qué estaba buscando?”).
- Relajarnos, ya que si estamos nerviosos es más fácil que nos bloqueemos y no consigamos recordar algo.
Una recomendación sería realizar actividades y juegos para mantener o mejorar la memoria como:
crucigramas, autodefinidos, leer libros, aprender letras de canciones,
ejercicio físico (ej. caminar a paso ligero). Si el problema persiste en el
tiempo, consultar con un especialista. A partir de cierta edad no estaría mal
una revisión neurológica para descartar problemas más graves.
“La memoria es como una red: uno la encuentra
llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de
kilómetros de agua sin dejar rastro”
Oliver
Wendell Holmes